En el centro-este de la provincia, dentro del departamento San Salvador, se ubica la colonia San Ernesto, un paraje que se originó a fines del siglo 19 con el arribo de inmigrantes, en su mayoría, ruso-alemanes de la Iglesia evangélica luterana.
Hace 82 años, soñaban con tener su propia capilla y fue así que Don José Villón tomó la iniciativa y comenzó un trabajo incansable.
Su nieta, Nélida Villón de Bernard recuerda cómo fueron esos años de lucha.
En su relato, remarca la lucha que fue construir la capilla que tenía de 18 a 20 metros de largo, casi cuatro metros de alto y unos diez metros de ancho. En carros, eran trasladados los materiales desde otras colonias, para su montaje.
En octubre, la capilla festejó sus 82 años. Los sueños y las ilusiones continúan intactas como desde el primer día. El legado de don Villón continúan y los proyectos afloran.
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