Rejas y más rejas. Una más linda que la otra, una más labrada que la otra, una más rebuscada que la otra, pero todas rejas que sintetizan de manera perfecta lo que fue y es esta prodigiosa ciudad. Rejas hechas para siempre, como si la laboriosidad de los vascos y genoveses que llegaron hasta estas tierras hubiese querido perdurar por toda la eternidad. Nos remiten a los inmigrantes y a los diversos estilos adoptados de acuerdo a sus procedencias, con la época de construcción y con el estilo elegido.
